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martes, 21 de abril de 2020
VIDEOS INEDITOS ,DE SILVIO RODRIGUEZ Y SANTIAGO Y VICENTE FELIU
Silvio Rodríguez Domínguez nació en el barrio de La Loma ubicado en San Antonio de los Baños, pueblo que pertenecía entonces a la Antigua provincia de La Habana y que hoy se ubica en la Provincia de Artemisa, a 26 kilómetros al sur de La Habana. Se crio en una familia campesina de escasos recursos. Su padre, Víctor Dagoberto Rodríguez Ortega, fue un campesino agrícola, quien en su juventud trabajó como tallador de diamantes y luego como tapicero, carpintero y ebanista;11 su madre, Argelia Domínguez León, además de dedicarse a las labores domésticas, compartió durante su adolescencia un dúo de canto con su hermana Orquídea Domínguez, con el cual participó en emisoras de radio y eventos culturales. La primera canción que recuerda haber escuchado de su madre es «El colibrí», de la tradición popular y que más adelante haría suya en diversas giras internacionales. Uno de sus tíos, Ramiro Domínguez, era músico de profesión, y participaba en la agrupación Jazz Band Mambí.12 Este ambiente musical, iniciado por su abuela María León y su esposo Félix Domínguez, amantes de la trova, motivaría el gusto musical de Silvio desde su niñez.1
Desde los dos años de edad ya cantaba para los amigos de su padre. A los pocos años participó en el concurso musical Buscando una estrella para la hoy desaparecida emisora radial cubana CMQ, siendo invitado luego de unos días a otro concurso musical infantil de dicha radio, esta vez dirigido por el conocido locutor Germán Pinelli. En aquella ocasión Silvio ganó el primer lugar interpretando el bolero «Viajera».1
Gracias a una posibilidad de un mejor trabajo para su padre en el negocio de la tapicería, al cumplir cinco años de edad, Silvio se traslada con su familia a La Habana, un año después del nacimiento de su hermana María de los Ángeles. En la capital participó en un evento radial con el tema «We are happy today», y recibió de su tío Ramiro una tumbadora, que sería su primer instrumento musical, a través del cual imitaría los ritmos de Benny Moré y Orquesta Aragón.13
En 1953, a la edad de siete años y a comienzos de la Revolución cubana, su padre lo inscribió en el Conservatorio La Milagrosa,14 logrando cursar en solo seis meses tanto el preparatorio como el primer curso de piano, dictado por Margarita Pérez Picó. Sin embargo, pese al entusiasmo de su profesora, Silvio perdió el interés y abandonó sus clases al poco tiempo. A los nueve años y motivado por su padre, quien le leía poemas de José Martí y Rubén Darío,15 entre otros, comenzó a interesarse por la literatura, llamándole la atención la obra de ambos poetas, además del género de la ciencia ficción. Varios años más tarde, la obra El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, formaría parte de sus libros favoritos hasta su adultez.16
A la edad de diez años sus padres se divorciaron, regresando temporalmente con su madre y su hermana a su pueblo natal. Los dos años que siguen a este evento quedarían más adelante inmortalizados en diversas canciones publicadas entre 1969 y 1984, tales como «El Papalote» o «Me veo claramente». Sin embargo, en 1958 sus padres se reconcilian y deciden regresar a la capital, específicamente a la Calle San Miguel 530, en el centro de la ciudad.17
La vida de Silvio Rodríguez está marcada por la Revolución cubana. En la fotografía: Fidel Castro (izquierda) y el Che Guevara (centro), líderes de la revolución, en 1960.
El 1 de enero de 1959, el Ejército Rebelde liderado por Fidel Castro termina con la dictadura de Fulgencio Batista, acontecimiento que marcaría la vida y obra musical del cantautor, y que se correspondería con la transición de su infancia a la adolescencia. Rodríguez, aunque viajaba por ese entonces regularmente cada fin de semana a su pueblo natal, se alistó en las Juventudes Socialistas de San Antonio de los Baños, ingresando al año siguiente a la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) creada por el Che Guevara. En paralelo a su participación en la AJR, Silvio comenzó sus estudios vespertinos de bachillerato en la escuela Carlos J. Finlay, donde entablaría amistad con Vicente Feliú, otro futuro exponente de la Nueva Trova.17
Al año siguiente, inmersos en una tensión social debida a la nacionalización de las empresas por parte de Cuba y el bloqueo comercial de Estados Unidos, sus padres volvieron a separarse, esta vez definitivamente. Argelia, que entonces trabajaba en casa como peluquera, se volvió a casar con un hombre llamado Rolando, domiciliándose en la calle Gervasio 456, muy cerca de Dagoberto. Por ese entonces Silvio comenzó a interesarse por la música clásica.17
En enero de 1961, Cuba rompe relaciones diplomáticas con Estados Unidos, liderado por el recién electo presidente John F. Kennedy, quien autoriza a la CIA a invadir el país. El 15 de abril se inician los bombardeos a La Habana, Santiago de Cuba y San Antonio de los Baños, ciudad adonde regresó nuevamente la familia, instigados por la madre, y a pesar de la negativa de Rodríguez, quien ya estaba alistado en la milicia de su escuela.18 El retorno a su ciudad natal fue para Silvio una ocasión de asumir nuevas tareas y responsabilidades, pasando con ello de la adolescencia a la juventud.
Juventud
Uno de los primeros objetivos sociales de la Revolución cubana fue el disminuir drásticamente el analfabetismo del país. En un año se logró disminuir la tasa desde un 23,6% a un 3,9%. Silvio Rodríguez, todavía menor de edad, participó como colaborador en las Brigadas de Alfabetización Conrado Benítez, en las montañas del Escambray. Allí ayudó a impartir a los campesinos clases de historia, geografía, gramática, matemáticas, además de explicarles elementos del nuevo régimen, tales como la nueva Reforma Agraria. En 1961 y con solo 16 años, en una de estas campañas, Rodríguez se intoxicó con una planta venenosa, sufriendo quemaduras de segundo grado y debiendo por ello regresar a La Habana.19
Fotografía de Silvio Rodríguez en 1962, tomada por Virgilio Martínez para el semanario Mella.
Nuevamente en la capital, conoció a los caricaturistas Virgilio Martínez y José Luis Posada de la revista comunista Mella, para la cual empezó a colaborar a principios de 1962. Allí conoció a los escritores Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras (Wichy el Rojo), quienes más tarde escribirían un libro sobre el cual se basaría el guion de la película homónima Silvio: que levante la mano la guitarra,20 y se inició en las obras de Lorca, Neruda, Guillén, Poe y Whitman. En la revista Mella el futuro cantautor se hizo conocido por su trabajo como dibujante en la serie El hueco, y conoció además a su colega Lázaro Fundora, guitarrista aficionado quien le enseñó a Silvio sus primeros acordes en este instrumento musical que resultaría clave para su obra venidera.19
En 1963, junto con el nacimiento de su segunda hermana, Anabell López, hija de su madre y Rolando, Rodríguez inició estudios de pintura en la Escuela de San Alejandro, en La Habana, y retomó las clases de piano que había abandonado en su niñez, esta vez bajo la supervisión de Elvira Fabre Obregón.21
Silvio (derecha) en 1965, entreteniendo a las tropas durante el servicio militar.
Sin embargo, al año siguiente y con todavía 17 años, debió incorporarse al servicio militar obligatorio (SMO) en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), donde conocería a Esteban Baños, compañero de unidad que lo instruyó en la guitarra. Es en el campamento militar de Managua donde Silvio compuso sus primeras canciones, interpretándolas a sus compañeros de servicio. Sus primeros temas, entre 1964 y 1965, fueron el bolero «Saudade» y «La cascada», ambas dedicadas al amor; «Atavismo», y luego «Nuestra ciudad», «Es sed», «Te vas» y «La otra presencia». Su interés por el canto social vendría poco después. Paralelamente trabajaba como dibujante en la sección de divulgación «Arte y Ciencia» de la revista Venceremos de la Sección Política del Ejército de Occidente, puesto que dejó en 1965 para trasladarse a la revista Verde Olivo, en la que se quedaría hasta el final del servicio militar, trabajando en ella durante el día y permitiéndose estudios autodidactas de guitarra por las noches.21
El debut musical de Rodríguez hacia el público general se efectuó el martes 13 de junio de 1967 en el programa de televisión «Música y estrellas»,21 al cual asistió como invitado de su conductor musical Mario Romeu. En dicha ocasión Silvio interpretó sus temas «Es sed», «Sueño del colgado y la tierra» y «Quédate». Esta última canción aparecería mucho más adelante en su álbum Expedición, del año 2002.23
Fotografía del cantautor para la revista Cuba, en 1968.
Entre noviembre de 1967 y mediados de 1968, trabajó como conductor del programa de televisión Mientras tanto, transmitido los sábados por la noche y llamado así por su canción homónima. El programa reunía a artistas plásticos, escritores, cineastas y músicos consagrados e incipientes. Por este programa pasaron Bola de Nieve, Omara Portuondo y Elena Burke, entre otros, y además le permitió conocer a Pablo Milanés y Noel Nicola. El programa finalizaba con su canción «Y nada más», que aparecería en su álbum Mujeres de 1978. A este período pertenecen sus canciones «¿Por qué?» y «La leyenda del águila», canciones protesta escritas luego de la muerte del Che Guevara en 1967. También de esta época son sus canciones «Ay de mí», «Debajo del cañón», «Déjame regresar», «En busca del tiempo perdido», «En ti», «Graciela», «Grita más», «Hay un grupo que dice», «Los funerales del insecto», «María», «Muerto», «Oye», «Quién va a pensar en algo más», «Si se va la esperanza», «Tema de la adolescencia», «Tengo que estar en ti», «Treinta años», «Tu beso» y «Y anoche», algunas de las cuales estaban dedicadas a Emilia, considerada por el propio cantautor como su primer amor importante.2321
El propio Silvio afirma que siempre ha sentido un cierto pánico hacia las luces y las cámaras. Sin embargo, a pesar de su notorio nerviosismo como conductor televisivo, su programa consiguió una notable recepción por parte del público.24
Paralelamente, por estos años, Rodríguez comenzó a dar sus primeros recitales en solitario y como telonero del músico y compositor cubano César Portillo de la Luz.25 A mediados de 1968, participó en el Festival de la Canción Protesta, festival internacional organizado por la Casa de las Américas (fundada y dirigida por Haydée Santamaría), donde coincidió nuevamente con Milanés y Nicola.26
Este tipo de festivales musicales, en los cuales primaba la guitarra y la voz, se venían desarrollando desde principios de la década de 1960. A este fenómeno se sumó la creación en 1966 de La Casa de la Trova, entidad fundada en Santiago de Cuba y posteriormente en Camagüey, Las Tunas, Pinar del Río y La Habana, organizando así a los cantautores que gestarían la llamada Nueva Trova, de la cual Silvio Rodríguez sería uno de sus fundadores.26
De esta época son los temas «Fusil contra fusil» y «La era está pariendo un corazón».27 Esta última canción fue interpretada por Omara Portuondo, a quien conoció en su programa Mientras tanto.24
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